Texto y fotos de Salvador González Escovar.
Las montañas de Armeña poseen sorprendentes parajes repletos de crestas, arroyos y lagos. El pico Cotiella, de 2.912 m. de altitud sobre el nivel del mar, es la montaña más elevada de este macizo de verdadero ensueño; parece una unidad diferenciada del resto de la cordillera pirenaica, pues se encuentra ligeramente desplazada al sur de la misma, lo que permite grandiosas y amplias panorámicas del pirineo aragonés y de otra parte del catalán.
El camino parte del aislado y bucólico caserío de Barbaruens, y aprovechando una pedregosa pista se gana altura hasta que en un momento dado un amplio sendero ataja la misma y aumenta la pendiente. El camino se acerca y sigue el borde del impresionante precipicio que se hunde en el Barranco de Bilsé, que por supuesto lleva un arroyo por su lecho, mientras parte de la cresta de Armeña va asomando sobre la cabecera del cañón.
La ruta transcurre por las faldas de la Montaña de Redundo, buscando el collado sobre el Ibón de Armeña, entre pastos y bosques de pino negro que rodean el camino. Luego hay que descender a las proximidades del lago de Armeña, llanear bajo la primera pared que forma el Circo de Armeña, hasta el acogedor y pequeño refugio de idéntico nombre.
Se abandona las marcas del GR11 seguido hasta el momento y nos adentramos en una vaguada detrás del refugio, torciendo hacia el oeste, entre pedreras, prados y terreno kárstico y desolado. Ya tenemos a la vista el Pico Cotiella y el Collado de Cotiella, a donde nos dirigen los mojones. La fotogénica pared de la Cresta de Armeña queda al oeste, limitando esta salvaje zona de derrubios y kárstica, con muchas piedras y hoyos.
Más arriba, el avance se complica al acercarnos al Collado de Cotiella, porque aumenta la pendiente en la inestable pedrera que se desliza a cada paso que damos, siendo necesario, además, trepar para salvar este collado localizado entre el Pico Cotiella y el Cotielleta, atalaya desplazada al sureste de la cumbre principal.
Después del collado se bordea la vertiente sur del Cotiella, manteniendo el nivel alcanzado, y nos encaminamos hacia la cara occitana de la montaña, siempre por pedrera, aunque ahora llanear por esta, igualmente inclinada, ladera resulta más llevadero. Finalmente se acomete el largo repecho final por la cara occidental del Cotiella, y después de superar un desnivel neto de 1.600 metros, se alcanza su amplia, solitaria, inmensamente pedregosa y desolada cima, que es un excelente y estratégico mirador del eje de montañas pirenaico que queda al norte, avistando desde el Macizo del Monte Perdido hasta el de los Besiberris, recreándose entre ambos además la mirada en los de La Munia, Culfreda, Bachimala, Posets, Perdiguero y Maladeta-Aneto. Incluso a oriente y a una distancia considerable se distingue la doble cima característica del Pedraforca, en la sierra prepirenaica de Cadí.
LA ESCUELA DE GUAJARA 