DE CRISTOS, LAS RELIGIONES Y OTRAS YERBAS

Por Iñaki Urdanibia

Relación de algunos artículos publicados y una bibliografía sobre el tema.

Aprovechando que el río Arga pasa por Gares, y el Urumea por Donostia, dedicaré esta entrega a recuperar algunos de los artículo que sobre el tema o afines he escrito (publicados en Gara y/o en Kaos), y a una bibliografía en la que basaba algunos de mis entrecortados argumentos, que bien puede servir para transitar por tales andurriales; lista que me ofrecí a facilitar al predicador, aunque obvio es que a él le importaba una mierda, con perdón, ya que le la lectura del evangelio de Mateo – según su directa visión – era suficiente y probaba la autenticidad de todo lo relatado y de las andanzas milagrosas que se puedan allá relatar, contra cualquier criterio humano de racionalidad, de materialismo o de principio de realidad histórica… como si la aceptación de estas irracionales y falaces historias se situase en un nivel de conocimiento sobrenatural, más de allá de los límites de la pobre razón humana.

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Nom de Dieu!

* Raoul Vaneigem (édition établie par)

L´Art de ne croire en rien et Livre des trois imposteurs

Rivages poche. 2002.

Traité des trois imposteurs: Moïse, Jésus, Mahomet

Max Milo Éditions, 2002.

* Albert Jacquard

Dieu?

Stock / Bayard, 2003.

Desde que existen los humanos, éstos no han dejado de hablar y de preocuparse de la religión y de los dioses. Podría decirse que hasta demasiado. Por una parte, unos, han presentado a dios como creador de todo, como la unidad, como la necesidad, como la infinitud, como la perfección… han tratado de probar su existencia; por otra parte, otros, han hablado de la religión como de una mentira útil, como del opio del pueblo, como una creación de los humanos de ese ser imaginario que luego ha usurpado todos los atributos a los humanos.

Observando lo dicho podría afirmarse que, al contrario de lo que dijese Aristóteles, en una frase célebre, que el hombre quiere por naturaleza saber, sería más exacto afirmar que lo que los humanos quieren, en verdad, es creer. Los seres humanos aman desde siempre las historias, aman que alguien les cuente relatos, incluso aunque éstos parezcan increíbles, o sobre todo si lo son; se puede recordar así el dictum de Tertuliano cuando decía que creía porque era absurdo.

La impostura religiosa

No resulta sorprendente hallar textos ateos, o críticos con la religión, debidos a librepensadores o a filósofos ilustrados, o posteriores al tiempo de las Luces; baste con nombrar a Voltaire, Hume, Feuerbach, Marx, Bakunin… como ejemplos de las posturas críticas, mas lo que sí resulta verdaderamente chocante es el conocimiento de un texto que ha circulado clandestinamente durante la cristiana Edad Media, entre los siglos X y XVI, manuscrito con el significativo título de Livre des trois imposteurs, que quede claro a quienes se refiere: «en este mundo, tres individuos han engañado a los hombres: un pastor, un curandero y un camellero», por orden de aparición histórica se refiere a Moisés, a Jesús y a Mahoma. Este intempestivo escrito es un airado grito contra la estupidez, contra la superstición y contra la opresión religiosa siempre omnipresente. Salta a la vista cómo en la época oscura también existía un pensamiento libertino e impío.

Curioso resulta también, en otro aspecto, que el mismo documento vea las librerías en dos ediciones diferentes, simultáneamente: una con una introducción del mismo editor, Max Milo; la otra con un clarificador prefacio del desmitificador Raoul Vaneigem. Esta coincidencia se aplica únicamente al texto nombrado, ya que cada uno de los volúmenes presentados resulta complementario del otro al añadir otros documentos, e investigaciones sobre los posibles autores o inspiradores de la audaz y provocadora obra, que obtuvo un éxito extraordinario durante todo el siglo XVIII: ¿la sombra de Spinoza o de Federico II de Prusia, entre otros, planeaba tras ella? Otras cuestiones se plantean igualmente acerca de la existencia de un solo texto o de varias copias, retocadas, etc.

Es libro es una crítica implacable contra las religiones como instrumentos al servicio del poder político, de la ignorancia del pueblo, más maleable de este modo para su obediente servidumbre; verdaderos gritos contra las mentiras de las religiones y sus mitos: la revelación, la encarnación y todos los demás mecanismos que funcionan para que la cosa marche: los dogmas, las historias y los clérigos, profetas, apóstoles que llevan a cabo su trabajo con el fin de extender los prejuicios entre las gentes. Resultan así los textos una resuelta defensa de los humanos y sus humanas capacidades: «lo que hay de cierto, es que la recta razón es la única luz que debe seguir el hombre, y que el pueblo no es en absoluto incapaz de hacer uso de ella tal y como se le pretende hacer creer».

Ciencia y Dios

Por el camino de la duda avanza la reflexión del científico, comprometido igualmente con los excluidos, Albert Jacquard, como lo explica desde el inicio de su librito: «…adoptar la actitud de la duda que ha resultado tan benéfica en la aventura de la ciencia, en vez de limitarse a creer»; del más allá nada podemos decir que esté fundado sobre algún dato objetivo o que resulte de una demostración. Con estos principios y con la mirada puesta en el siglo veinte en el que todo ha sido puesto en solfa (al tiempo que explicando las innovadoras ideas de Einstein, Bohr, Hubble, Gödel, Crick y Watson y apoyándose en ellos y en Mendel, Max Planck, Bertrand Russell et alii), Jacquard va a leer el Credo, palabra tras palabra, y el Sermón de la montaña, textos aprendidos en una infancia modelada por el catolicismo, y con la mirada de un racionalismo científico va a señalar las faltas de las gruesas afirmaciones religiosas y se va a preguntar: «¿porqué empeñarse en creer? ¿porqué sobre todo, constatando nuestras creencias, empeñarse en imponérselas a los demás?»… y en su recorrido finalizará negando la validez de las creencias (el credo) y se inclinará por un texto que bien le puede servir para inspirarse en sus elecciones y sus compromisos, texto en el que se señala «lo que hace falta vivir» (el sermón de la montaña)… despojándolo de supuestas connotaciones ligadas a la naturaleza divina u otras ensoñaciones inútiles y extrañas. Lectura inteligente y sugerente, la que se nos ofrece; lectura que abre muchas vías a la desprejuiciada reflexión.

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¡Vaya timo!

A pesar de mirar con cierta simpatía algunas posturas de la filosofía de la ciencia, abanderadas del anarquismo epistemológico, como las de Feyerabend, que trataba de poner freno a la omnipotencia deificada de la ciencia, a pesar también de mirar con cierto recelo a algunos celosos custodios del templo – en falaz combate contra las supuestas imposturas intelectuales – dando unas inequívocas muestras de cientismo e indudable sentido patrimonialista (obviamente no es lo mismo el uso en analogía que literal), a pesar igualmente de ser bastante incrédulo con respecto a la utilización garantista de las coletillas científicamente demostrado (extendida en el lenguaje publicitario a tope: yogures con propiedades demostradas por la facultad equis, remedios varios clínicamente probados, baños termales, etc.) que convierte al mito de la ciencia -que decía Quintanilla- en sucesor que viene a llenar el vacío (?) dejado por la falta de prestigio de la teología(¿dónde?) como instancia legitimadora; a pesar – y no me canso – de haber sido lector asiduo de ciertas posturas debidas a sociólogos de la ciencia u otros (en la onda de Pierre Thuillier y Jean-Marc Lévy-Leblond, por ejemplo) que muestran los hilos, desenmascarando una pretendida neutralidad angelical, o lazos indudables que unen ciencia con ideología y con economía… A pesar de todo ello, y de otras cosas muchas cuestiones que resulta necesario puntualizar, en las que no entraré, lo cortés no quita lo valiente, hasta ahí pudiéramos llegar, y… la necesidad de hacer frente a un todo vale que pulula por el ambiente y que todo lo invade se impone hoy en día como una tarea irrenunciable y más conveniente que nunca.

Precisamente la editorial pamplonica Laetoli, ha sacado a la luz una necesaria colección(su título significativo es el que encabeza este comentario), cuya guía es la lucha ilustrada contra la superstición que se trata de vender como la verdad pura amén. Los tres primeros títulos lucen su presentación amarilla en las librerías, el resplandor de los siguientes ya se anuncia en las solapas de los publicados(temas de tan rabiosa actualidad como los que ahora traigo a esta página).

La sábana santa

Recuerdo haber leído hace años un libro que recurría a mostrar el timo de las reliquias, y recuerdo de memoria que vacilaba acerca de la enormidad de la cruz del nazareno teniendo en cuenta la cantidad de lugares en los que se veneraban trozos del lignum crucis, la misma argumentación la aplicaba al sudario (y su exposición en distintos templos) lo que convertiría a Jesús en un ser multifacial, etc. En tono comedido, y apoyando sus argumentaciones en sólidos datos, Félix Ares de Blas, desmonta la falacia sin nombre de la supuesta sábana santa que se venera en Turín. Las estériles discusiones que acerca de la veracidad o no de tal lienzo(dejando de lado la pregunta del millón acerca de la veracidad de la existencia del sujeto Jesús y de su pretendida labor mesiánica, etc.) son disueltas con las armas de la razón crítica bien utilizada. Comienza su desmitificadora por los distintos sudarios para detenerse después en el lienzo de Turín y explica la constitución de la leyenda, datando la presentación de tal reliquia en el medievo, lo que echa por tierra la supuesta autenticidad del paño; además de pararse a enunciar las distintas investigaciones llevadas a cabo para aclarar el tema: desde las técnicas pictóricas hasta el carbono 14… todos son pruebas para poner luz sobre el embuste urdido durante largo tiempo.

Los ovnis

Ricardo Campo, fundador del Círculo Escéptico, embiste contra todos los impostores y benitezes que en el mundo son, tan aficionados a los platillos volantes, los habitantes de otros planetas(no los de Agostini), y a las supuestas visiones y conversaciones de las que ellos son depositarios. En este mundo de las apariciones personales en las que no se recurre, por absoluta imposibilidad además de por espíritu falsario, a ningún criterio intersubjetivo de verificación, ni de falsación, sino que todo se deja al amparo de la buena voluntad de creer lo que estos iluminados relatan acerca de sus privilegiadas experiencias ufológicas. Pone, el autor, al descubierto muchos de los supuestos testimonios y los proyectos unificadores que engrosan las campañas de intoxicación urdidas por algunos insensatos que pretenden vivir de vender gato por liebre… y Campo opta por no dejar el campo libre a estas supercherías y se empeña en hacerles frente, a lo que invita a todos en su encendido alegato contra la estupidez de quienes riegan, con sus cuentos chinos, este valle paranormal.

El creacionismo

Frente a la teoría evolutiva de Charles Darwin, ya desde sus orígenes y hasta de manos de alguno de sus cercanos (Alfred Russell Wallace), se comenzaron a urdir parapetos que salvaguardasen la primacía de algún ser superior, de la teoría creacionista… no vaya a ser que se hiciese sitio a la necesidad y al azar como condiciones de la evolución de los seres vivos y se desplazase al todopoderoso creador de todo lo existente…

El joven biólogo Ernesto Carmona, con verbo decidido, y con aplomo argumentativo basado en amplia documentación, extiende el área de influencia de las teorías creacionistas (hoy disfrazadas de ciencia bajo el nombre de Intelligent Design) de la geografía yanki, que no tienen el monopolio a pesar de estar a la vanguardia, a otros lares en los que su presencia tampoco es barro(como el de Adán). Repasa distintas falacias, y pseudoteorías que tratan de desmontar el evolucionismo, y pone el dedo en la llaga de quienes fomentan la extensión de tales teorías… desfile de una extensa gama de tramposos entre los que campan por sus respetos los más altos jerarcas eclesiásticos y epígonos.

Tres brillantes obras, de amena y necesaria lectura, que deberían ser de obligatoria lectura en los centros de enseñanza… por su labor desmitificadora y porque además cumplen aquello de enseñar deleitando… ¿Qué más se puede pedir?

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Deconstruir las supercherías

+ Michael Martin

Alegato contra el cristianismo

Laetoli, 2007.

Esa cosa llamada religión ha dado mucho que hablar – y no solo palabras – a los humanos desde la noche de los tiempos, y lo que te rondaré morena. Si hacemos caso al escritor y político veleta francés André Malraux que, convertido en Isaías, pronosticaba que el siglo XXI, en él estamos, sería religioso o no sería, la realidad que la observación de lo que sucede en nuestros días ante nuestros ojos cualquiera diría que las cosas parecen darle la razón, y que el opio del pueblo del que hablase Marx, parece que sigue funcionando como consoladora adormidera. Más parece que la gente, o mucha parte de ella, sigue, y hasta enfurecida, tras las sendas de los imanes, clérigos, rabinos, sacerdotes, curas, mulás, ayatolás, o vaya usted a saber. La muerte de dios anunciada por el autor de El anticristo parece no gozar de muy buena salud como muerte, sino que el muerto está vivito y coleando; y esa creación de los humanos que es dios-de la que hablase Feuerbach- que no hace sino dar cuenta de la esencia infantil de la humanidad, sigue presente no en los cielos que sería su supuesto lugar, sino a ras del mismísimo suelo, en la tierra terrenal. Dentro de las religiones decía precisamente Nietzsche que «el concepto de Dios-el Dios entendido como Dios de los enfermos, como araña, como espíritu-es uno de los conceptos más corrompidos de la divinidad que se han forjado sobre la tierra; quizá represente el nivel más bajo en la evolución descendente del tipo de los dioses…» ¡No sigo!

Con un puntilloso rigor que llega a rozar el exceso el profesor emérito de filosofía en la universidad de Boston, haciendo gala además de una prudencia y un respeto enormes lleva a cabo un recorrido a través del cual intenta – y logra – mostrar la falta de consistencia de las afirmaciones del cristianismo. Si digo que resulta, a veces, hasta excesivo lo hago ya que la labor de desmontar algunos de los presupuestos básicos del cristianismo, éstos caen por su propio peso sin recurrir a mucha búsqueda de pruebas a la contra o a recopilar datos empíricos, lógicos, etc. Pero bueno…

El autor tras constatar la ausencia de producciones de crítica consistente al cristianismo (señala las insuficiencias de Nietzche, de Russell y de Feuerbach), traza el perfil – acudiendo a los distintos credos (de los apóstoles, niceano y anastasiano) con el fin de hallar un mínimo común- de qué sería el cristianismo básico, y cuáles son sus creencias fundamentales, tras establecer dichos presupuestos, comienza la infatigable labor de desmontar la solidez de la fe como prueba de verdad (visita a Tomás de Aquino, Kierkegaard y posiciones wittgensteinianas) entra en aspectos esenciales del ideario objeto de la tarea desmitificadora: la existencia empírica o no de ese ser llamado Jesús, su afirmada resurrección, el nacimiento de la virgen María, la segunda venida… utilizando para tal empresa, la crítica de teorías defensoras de dichas creencias, al tiempo que visita los textos del Nuevo Testamento, y documentos conciliares, destacando en ellos las distintas versiones, y lo hace en busca de pistas que pudieran dar cierta supuesta credibilidad a los misterios que componen el corpus de creencias, y la guía de conducta ética para quienes se reclaman de tal religión.

Seguimiento detallado y superdocumentado el realizado por Michael Martin que resulta de una claridad expositiva y de una contundencia indudable, y de una eficacia constatable por sus argumentaciones absolutamente fundadas. No cabe duda que más de 1.700 millones de seres humanos están equivocados…pues, obviamente, no por más número hay más verdad.

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¿Religión has dicho?

+ Gonzalo Puente Ojea

La religión ¡vaya timo!

Laetoli, 2009.

+ Christopher Hitchens

Dios no existe

Debate, 2009.

Parece que el siglo, por lo que va de él, vaya a dar la razón a André Malraux que afirmaba que el siglo XXI iba a ser religioso o no sería. Al menos en sus comienzos vemos a “cruzados” de distintas religiones empeñados no en creer, que allá jaleos, sino en imponer a los demás sus creencias haciéndonos comulgar con ruedas de molino en lo moral, en lo político y hasta en los estético. Desde luego nuestros cruzados locales no se quedan cruzados de brazos sino que se meten donde no deben, tratando de manipular la política, la enseñanza, las costumbres de los ciudadanos, tan alejados del reino celestial… y es que los obispos y epígonos son insaciables; de raza le viene al galgo ya que desde luego no tienen un mal ejemplo en el santo padre, pastor alemán, que vive en Roma y que un día sí y otro también imparte lecciones acerca de lo que han de hacer los ciudadanos del mundo mundial. Hace poco le tocó indicar el camino a los africanos, que con sus politeísmos y sus poligamias no hacen más que ir a la ruina, y no como él y sus secuaces.

El timo religioso

Decir el nombre de Gonzalo Puente Ojea y ver ponerse a temblar a todos los meapilas que en el mundo son es todo uno. La carrera del prolífico estudioso es suficientemente conocida como para detenerse en presentaciones; eso sí, todo su quehacer se basa en el rigor argumentativo y en la documentación hasta el abuso. Nada es gratuito en el discurso del ensayista, nada se saca de la manga, ni de la chistera, aquí por no haber truco… ni el del almendruco.

En la presente ocasión, el autor de El mito de Cristo: evidencia de una falsedad se dedica a desenmascarar la falacia religiosa, deconstruyendo varios timos que se venden habitualmente como la verdad pura amén para legitimar la madre de todas las supercherías: la religión. Antropología, ontología, teología, bibliología y eclesiología son las cinco estaciones del omniabarcante viaje. En el puntilloso peregrinar el autor nos va dejando unos mojones orientativos, también explicativos, que nos conducen hacia los pagos de la ciencia y el pensamiento racional (enfrentado al mítico, mágico, y a otras expresiones del timo) frente a todo tipo de supersticiones e invitaciones a basar la vida y el futuro en un dualismo que posterga el cuerpo al alma, el hoy al mañana, el más acá al más allá, la física a la metafísica, lo material a lo espiritual, la inmanencia a la trascendencia  Puente Ojea recurre a filósofos y a científicos- tanto de la física como de la biología, etc, como de las ciencias humanas- para alzar la bandera del materialismo, del ateísmo, y entregarla así a los lectores para que puedan juzgar con criterios fuertes y contrastados, sirviéndose de los avances de la ciencia, del conocimiento, tratando de subsanar de este modo la tarea de las instituciones (educativas, políticas y massmediáticas) que en vez de ampliar estos puntos de vista los obstaculizan, secuestrándolos en manos de especialista.

Textos significativos

Hace dos años el periodista y escritor inglés daba a conocer su combativo Dios no es bueno en el que mantenía, entre otras cosas, que «se puede vivir una vida ética sin religión. Y de hecho sabemos que el reverso es cierto: que la religión ha hecho que muchas personas no sólo no se comporten mejor que otras, sino que consideren aceptable comportarse en modos que harían que el gerente de un burdel o un genocida torcieran el gesto», ahora entrega una recopilación de materiales de indudable interés, debidos a escritores y filósofos de renombre. Los autores son significativos-unos más que otros-, de los textos se puede decir lo mismo. No discutiré yo los gustos, o disgustos, de Christopher Hitchens, pero desde luego me sorprende la falta de pensadores de la talla de Feuerbach, Bakunin o Nietzsche que escribieron textos esenciales (subrayado), hasta imprescindibles diría, sobre este tema, mientras se da entrada a otros personajes cuyo interés, más que en el peso o la pertinencia de las argumentaciones que presentan, reside en su popularidad, en su actualidad, en su relumbrón; si bien también he de decir que todos (subrayado) los trabajos que se presentan tienen su cosa. Baste con señalar que en los casi cincuenta textos presentados-cuarenta y siete para ser más precisos- conviven Lucrecio, Spinoza, Hobbes, Hume, Stuart Mill, Marx o Darwin, junto a Ian McEwan, Salman Rushdie, o yo qué sé. Cierto es también que quizá la combinación de textos argumentativos con otros más propiamente literarios haga más accesible y entretenida la obra al común de los mortales, que quizá con estas lecturas, desde luego, no reservarán su plaza en el cielo.

Me atrevo a afirmar sin cortarme ni un pelo que estos dos libros deberían figurar en los programas de enseñanza si lo que realmente persiguiesen éstos fuese lo que suelen proclamar-de boquilla- los boletines oficiales de la cosa: crear seres autónomos y con espíritu crítico. Ya lo dice Puente Ojea: «¿Qué nota puede definir mejor la dignidad del ser humano que su capacidad a dirigir su propia existencia con criterios de la racionalidad y de libertad de conciencia y pensamiento? Éste debe ser el soporte básica de toda ética sana y solidaria».

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3 filósofos y dios

+ Gianni Vattimo / Michel Onfray / Paolo Flores d´Arcais

¿Ateos o creyentes?

Paidós, 2009.

Estamos ante un libro francamente interesante, en el que tres célebres filósofos se enfrentan al siempre controvertido tema de la religión. La obra se abre con la exposición general sobre el asunto de cada uno de ellos.

Paolo Flores d´Arcais comienza con fuerza su exposición. Defiende el ateísmo como la postura más filosófica, ya que responde a la lógica y a los descubrimientos de las ciencias; se muestra como defensor de un empirismo naturalista-racional y lógico. Lo sabemos todo sobre nosotros, y ya desde Darwin, el ADN y todo eso, más todavía. Así pues los humanos somos seres arrojados a la inmanencia que sabemos de dónde venimos, quienes somos y adónde vamos desde luego no será a donde nos marque algún sentido predeterminado y/o providencial.

Gianni Vattimo, el único creyente de los tres, sui generis (de cristianismo nietzscheano le etiquetan) discute sin ambages las afirmaciones de su compatriota, diciendo que éste usa la Razón(con mayúsculas) como la panacea de todos los males… esquivando la historia de cómo se ha constituido ésta, la verdad, y todo lo demás dentro de un contexto geográfico, ideológico y cultural que sirve de sustrato a su modo de pensar, que no es válido universalmente a no ser que demos por bueno el recurso a la fuerza. Pone el acento el representante del pensiero debole en que él también se reclama de filósofos occidentales(¿hay otros?)y científicos, que respetaban la razón y la ciencia y que sin embargo creían en Dios; ahí están: Galileo, Descartes, Leibniz, etc.

Michel Onfray, representante de un hedonismo existencial y ateo, de manera sorprendente, matizando y desplazando el enfoque acerca de la razón y la verdad, se alinea más del lado del segundo que del primero. Lo hace en el sentido de negar la razón omnipotente, omnisciente y universal; así, hablará de razones en vez de recurrir al singular. Parecida operación realiza con respecto al término verdad: ¡fuera mayúsculas y derechos del plural! Subraya cómo las creencias, o no, dependen en gran medida de la psicología existencial de cada cual, además de del lugar de nacimiento, del área cultural, religiosa, etc. que marcan al personal desde sus inicios.

A partir de estas sabrosas presentaciones, se abre el fuego y los choques-sin abandonar las formas debidas- llegan hasta la chispa. El debate se desplaza hacia cuestiones epistemológicas, científicas, teológicas y políticas; por terrenos tremendamente terrenales de nuestro hoy: las distintas religiones, la presencia occidental en otras partes del planeta, la guerra, el colonialismo con sus nuevas caras, el “choque de civilizaciones”, las declaraciones, y posturas, del actual santo padre que vive en Roma, el ventajismo con el que pretende funcionar la Iglesia y sus injerencias en asuntos humanos, demasiado humanos; y el seguimiento de las distintas voces en diálogo sirve de material para la rumia en movimiento, promovido por las contradicciones que surgen entre las distintas posturas esgrimidas.

La guinda es coronada con tres posdatas ciegas-debidas a cada uno de los participantes- en las que se expone el balance propio sin tener conocimiento del de los otros.

Libro que da mucho que pensar y que nadie habrá de buscar como un solucionario a sus posibles dudas o carencias argumentativas, pero que abre infinidad de caminos para el pensamiento y la reflexión de ese producto humano llamado religión.

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Dios, mmm, y rey ( o: Ni en dioses, reyes…)

+ Gonzalo Puente Ojea

La Cruz y la Corona. Las dos hipotecas de la Historia de España

Txalaparta, 2011.

Mantenía Plotino (205-270) que el Uno venía a ser el espíritu divino universal del que participa el individuo . Muchos parecen ser quienes buscan en la unidad el eje de la jerarquía y el orden, rechazando la pluralidad como origen de la confusión y del caos. Con respecto a los dioses surgieron con dominio absoluto los credos monoteístas, traspasando lo anterior al campo de la política se extendió con fuerza la figura del monarca(monos y arjé = poder de uno) como reflejo terrenal del orden celestial. Si esto fue así en épocas pasadas hay lugares en que la cosa, mutatis mutandis, sigue funcionando de esa caduca manera, que desde luego de democrática no tiene nada.

En este orden de cosas, el caso hispano es paradigmático. El poder de la Iglesia es enorme y la cosa viene de lejos, mas sus privilegios son consagrados en el presente por el poder de un monarca nombrado por el caudillo Franco y tutor de la llamada “transición democrática” en la que por cierto no se consultó al pueblo acerca de la forma de gobierno (monarquía o república) que lucía en todos los programas de las coaliciones, más o menos, antifranquistas; del mismo modo que no se cumplieron prácticamente ninguna de las medidas exigidas por los organismos mentados. Como pago los jerarcas eclesiásticos apoyan con todas sus fuerzas- celestiales y terrenales- al Bobón (Borbón, quiero decir) de turno, y viceversa.

En este libro necesario, como muchos de los suyos, del prolífico, y magistral, Gonzalo Puente Ojea se desenmascara la nefasta historia de esta colaboración de poderes y se subrayan las consecuencias que traen tales manejos de cara a la autenticidad de la supuesta democracia, que se ve invadida por medio de estas usurpaciones originándole un gran déficit en su autenticidad, consagrando que crezcan los privilegios de unos poderes fácticos impuestos que no responden para nada a la lógica de los votos y que mangonean a su antojo, con el beneplácito de la clase política en casi su absoluta totalidad, los destinos de los ciudadanos ( aunque tal vez fuese más certero llamarles súbditos ).

Imposible dar cuenta en estas breves líneas de la amplitud de los datos aportados por Puente Ojea sobre la historia del cristianismo y sobre la constitución de la ideología monárquica, y del empujoncito constantiniano al primero… se pasa luego a hablar del peso de los dos en el caso hispano y del monopolio eclesiástico en los años del nacionalcatolicismo y en los posteriores en los que sin ser confesional el Estado se comporta como tal, alejado del ideario ilustrado y del laicismo que debería mantener cualquier estado democrático que se precie. El autor nos zambulle en las aguas turbias de la política, en los fangos jurídicos… con una sencillez ejemplar. Añade este pozo de sabiduría unas pinceladas sobre el “conflicto vasco”. Libro que, reitero, resulta necesario al exponer con claridad un amplio abanico de temas que lastran la supuesta calidad democrática de la monarquía parlamentaria hispana.

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Contra las supercherÍas religiosas

+ Gonzalo Puente Ojea

Ideologías religiosas. Los traficantes de milagros y misterios

Txalaparta, 2013.

No es tarea fácil dar cuenta exacta de los libros del sabio Gonzalo Puente Ojea y no lo digo porque sus obras sean complejas y difíciles de entender, sino debido a que las verdades como puños se suceden a lo largo de las páginas; si lo que afirmo es cierto, mucho más lo es en la presente ocasión ya que el trabajo desmitificador del ensayista penetra en diferentes territorios que van desde los filosóficos- en los que se detiene en distintos hitos históricos y en diferentes conceptos, como el de materialismo y el de ideología- para culminar su certero repaso en plena polémica con algunos posicionamientos de la escuela ovetense de Gustavo Bueno y epígonos.

Si es, en cambio, tarea fácil la de recomendar sin ambages, y sin recurrir a ningún mareante manejo de botafumeiro la lectura de las obras de quien fuese embajador del gobierno español ante el Vaticano, y ello es debido a que éste nunca escribe en balde, sino que sus escritos van al fondo de las cuestiones que aborda, fundamentando la postura atea mas no recurriendo a ningún espíritu panfletario sino con un rigor y una abundantísima documentación histórica y filosófica. Su empeño no cesa y se muestra siempre combativo e infatigable en la denuncia de las mentiras que acompañan a la mentira mayor, la madre de las demás mentiras: la religión. ¿Todavía hay alguien que no ha leído a Gonzalo Puente Ojea? Por mi parte, diré que no es la primera vez que traigo a estas páginas sus recomendables libros; recuerdo el publicado por la iruindarra Laetoli (La religión ¡vaya timo) y también otro (La Cruz y la Corona. Las dos hipotecas de la Historia de España) editado por la misma editorial que el presente.

Hay todo un negocio montado, o muchos si se tienen en cuenta las infinitas advocaciones de las vírgenes y de todo el santoral cristiano, y sus respectivas geografías supuestamente sacras, que hacen que hasta el mismo Cristo la habría emprendido a ostias, como lo hizo, contra los mercaderes del templo; muchos viven sin embargo dedicados a medrar pecando de simonía, es decir traficando con la venta de supuestos productos y / o valores espirituales: reliquias, piedritas, agüitas benditas de fuentes santas, o… demás indulgencias plenarias o no.olviendo o reforzando éste al poder político, y lo hace volviendo la vista atrás: hasta la aparición del homo sapiens, que posee lenguaje, conciencia de sí y temores que comienza a intentar alejar con el recurso a diferentes representaciones simbólicas, que con el paso del tiempo se van sofisticando hasta llegar a imponerse, con toda su parafernalia litúrgica, a extensas franjas de la humanidad. El dualismo, la consolidación de ciertos presupuestos éticos como si de una consecuencia directa de la religión fuese, se fueron asentando y convirtiéndose en propiedad de los supuestos, y auto-proclamados, representantes de la divinidad; en este terreno la palma podría adjudicársele a la Iglesia católica con sus poderes celestiales y por supuesto terrenales, que al fin y al cabo muestran su poderío sofocante en el plano de la inmanencia que, al fin y al cabo, es en el que nos movemos y en el que ellos (todos los clérigos que en el mundo son) intentan imponerse en nombre de una verdad trascendente, demostrada por medio de milagrosos milagros, apariciones, estampitas, curaciones, y… otros timos. Invenciones, todas ellas y muchas más, fundamentadas (?) en sustituciones mistéricas de instancias materiales, como cerebro, por conceptos melifluos y tramposos, como alma; de lo inexplicable por el milagro, etc., etc., etc.

Leer este libro es un premio para la inteligencia y una apuesta en pro de la verdad, frente a las falacias que algunos venden como sanadores escapularios,… como siempre es un clarificador regalo leer a Gonzalo Puente Ojea.

 

¿« Religión » ha dicho? – Kaos en la red

Acerca de la impostura religiosa – Kaos en la red

¿Homo religiosus? – Kaos en la red

En torno a Judas – Kaos en la red

La implantación violenta del fanatismo cristiano – Kaos en la red

Gonzalo Puente Ojea, in memoriam – Kaos en la red

Raoul Vaneigem contra la tiranía del cielo ( I ) – Kaos en la red

Otras obras de Vaneigem (y II) – Kaos en la red

Bibliografía sobre el tema

Achaya sLa conspiración de Cristo. La mayor ficción de la historia, Valdemar, 2005.

John Allen Paulos, Elogio de la irreligiosidad, Tusquets, 2009.

Gabriel AndradeLa teología ¡ vaya timo!, Laetoli, 2014.

Michael Arnheim¿Es verdadero el cristianismo?, Crítica, 1985.

Roberto AugustoEn defensa del ateísmo, Laetoli, 2012.

Bible de Jerusalem. Desclée de Brouwer, 1956. [Hay traducción en Alainza Editorial].

La Biblia, BAC, 1944 / Edición de Nácar-Colunga.

José María Blázquez Martínez, El nacimiento del cristianismo, Editorial Síntesis, 1990.

Pascal BoyerEt l´homme créa les dieux, Gallimard, 2001.

Alberto CardínContra el catolicismo, Muchnik Editores, 1997.

CelsoDiscurso verdadero contra los cristianos, Alianza, 1989.

Fernand ComteLas grandes figuras de la Biblia, Alianza, 1995.

John Dominic CrossanJesús. Vida de un campesino judío, Crítica, 1994.

Francine CuidautEl nacimiento del Cristianismo y el Gnosticismo. Propuestas, Akal, 1996.

Karlheinz DeschnerEl credo falsificado, Txalaparta, 2005. / De este autor son libros de obligada consulta los 10 tomos de la Historia criminal del cristianismo, Martínez Roca, 1990.

Juan Eslava Galán, El catolicismo explicado a las ovejas (del señor), Planeta, 2009.

Sébastien FaureDoce pruebas que demuestran la no existencia de Dios, Editorial La Máscara, 1999.

HolbachHistoria crítica de Jesucristo, Laetoli, 2013.

Agustín IzquierdoLa filosofía contra la religión, Edaf, 2003.

Agustín IzquierdoAteos clandestinos, Valdemar, 2003.

Joan Konner (Ed.), La Biblia del ateo, Seix Barral, 2008.

Luca Langlois et Yves Charles ZarkaLes philosophes et la question de Dieu, PUF, 2006.

AAVV., Cinco teorías sobre la religión. La religión en la obra de Hume, Lant, Marx, Nietzsche y Freud, Eris, 1994.

André Lorulot, Pourquoi je suis athée!, Les Éditions Libertaires, 2004.

Michael MartinAlegato contra el cristianismo, Laetoli, 200.

Terry Miethe y Antony Flew¿Existe Dios?, Cátedra, 1994.

Georges MinoisHistoire de l´athéisme, Fayard, 1998.

Nuevo Testamento (de. De Nácar-Colunga), BAC, 1948.

Piergiorgio OdifreddiPor qué no podemos ser cristianos y menos aún católicos, RBA, 2008.

Michel OnfrayTraité d´athéologie, Grasset , 2005. [Hay traducción en Anagrama]

A. OrbeCristología gnóstica (2 volúmenes), BAC, 1976.

Elaine PagelsLos evangelios gnósticos, Crítica, 1982.

Roger PeyreffiteLas llaves de san Pedro, Edhasa, 1981.

Gonzalo Puente OjeaLa religión ¡ vaya timo!, Laetoli, 2009.

Joseph Ratzinger y Paolo Flores d´AracisEst-ce que Dieu existe? Dialogue sur la vérité, la foi et l´athéisme, Payot, 2006.

Bertrand RussellPor qué no soy cristiano, Edhasa, 1957.

Paul VeyneQuand notre monde est devenu chrétien (312-394), Albin Michel, 2007.

Dejo de lado algunos clásicos esenciales como las obras de Feuerbach: La esencia del cristianismo (Trotta) o La esencia de la religión (Páginas de Espuma), de Spinoza (Spinoza : teología y política – Kaos en la red), de Hume, de Marx, de Bakunin, de Nietzsche, Freud, etc., etc., etc. Al igual que los dejo de lado, no por falta de interés sino porque todo no puede ser, los acercamientos de Pierre Hadot (Pierre Hadot, la filosofía como manera de vivir – Kaos en la red), sobre el papel de los ejercicios espirituales en la filosofía antigua, y Michel Foucault y el papel de la confesión, y el examen de concienciua, en los primeros tiempos del cristianismo, con aires de familia con algunas corrientes de la filosofía helenística, y su huella en lo que hace a las formas de gubernamentalidad, en especial por parte del segundo de los nombrados, en sus últimos seminarios en el Collège de France y en su cuarta entrega de su Historia de la sexualidad: Les aveux de la chair (Michel Foucault encore – Kaos en la red).

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