UN FILM CON AIRES DISTÓPICOS

Por Iñaki Urdanibia

Tomando como base una película, Iván Gómez analiza en base a tal sus vericuetos interpretativos y las preguntas acerca del presente y el futuro a los que da lugar; hablo de «Videodrome. La distopía según David Cronenberg», editado por Shangrila. No es la visión que ofrece el director canadiense en sus películas, y en esta en concreto, propia de la alegría del huerto. La tendencia de pintar un futuro nada prometedor es el centro de gravedad de sus películas y muy en concreto la de esta que toma como ejemplo destacado y clarificador el profesor de Comunicación y Audiovisual en la universidad Raimon Llull.

El recorrido comienza con una contextualización acerca de los cambios de orientación de las tendencias y gustos en lo referente a las obras cinematográficas a partir de los años sesenta y setenta del silgo pasado en los USA. Queda señalado de todos modos que el director canadiense es un caso aparte que no responde de ninguna de las maneras a una escuela o corriente cerrada. Acto seguido nos es narrada la película, con el acompañamiento de una serie de secuencias fielmente reproducidas, que van explicando la trama del film a la vez que se van introduciendo algunas pistas interpretativas que anuncian lo que posteriormente será tratado con mayor detalle. De esta manera queda subrayado que no puede incluir la película, ni la obra en general, de David Cronenberg en el género del terror puro y duro, lo cual no quiere decir que no se den escenas violentas, torturas incluidas, ad nauseam, en la película analizada, lo que no obsta para ver que el propósito del cineasta vaya mucho más allá al avanzar por los pagos del poder de las pantallas, de la biología, de las tecnologías y las corporaciones que son dueñas de todo un entramado que, se quiera o no, sirve para manipular al personal. Es lo que en la película le sucede al protagonista Max Renn, productor de televisión que se ve atrapado por una tenaza de intereses que le conduce a una pérdida de identidad en la que su confusión llega al punto de dudar acerca de sus ser, no sabiendo si esto es debido a un estado onírico o a una manipulación que ha surtido su efecto; estado alucinatorio que hace dudar a los propios consumidores de la cinta

El panorama presentado no resulta prometedor que se diga, lo cual tampoco significa que este determinado de una vez por todas, sino abierto a una exploración en la que resuenan ciertas sombras de Donna Haraway y lo ciber, Jean Baudrillard y el simulacro, la sociedad del espectáculo de Guy Debord, o la interzona de William Bouroughs lo que hace que no resulte extraño que pensadores de la cultura como Fredric Jameson, et alii, hayan mostrado interés por la obra de Cronenberg. Máquinas, deseos, biología, teoría de la información, inteligencia artificial, teoría cognitiva, historia y el reflejo de todo ello en el campo de la imagen, en un mundo cambiante en lo referido a fuertes prácticas discursivas científicas que invaden los cuerpos y las ideologías.

Los pasos siguientes, en los cuales me abstendré de entrar en detalles excesivos ya que ello supondría penetrar en unos pagos inoportunos e inabarcables en un artículo como éste, que va dando el ensayo: así se presentan, la interpretación de Jameson sobre el poder de las corporaciones, con una óptica conspiratoria de cuyos puntos ciegos da cuenta Gómez; se pasa a continuación a un repaso a las visiones acerca del pasado y el futuro, tomando cierto apoyo en Ernst Bloch, y deteniéndose en las visiones de Jules Verne y a las relaciones entre utopía y distopía, señalando los puntos comunes de las utopías (Moro, Butler y… hasta Platón) que son unas críticas a las formas de gobernar de sus respectivos tiempos más que el proyecto de una sociedad perfecta, subrayando el paso a las visiones negativas, anti-utópicas, de Karel Capek, Zamiatin, Huxley, para presenta luego las visiones desde la ciencia-ficción de Philip v. Dick y la New Wave, además de las tendencias que ponen el acento en lo demográfico y las tendencias de lo ciberpunk, retratando el imaginario resultante en estos tiempos (pos)modernos.

El paso siguiente se extiende por el campo de la información, las computadoras y lo virtual. Se subraya el poder de la información a la hora de moldear la realidad; tanto en este apartado como en el anterior y los que siguen el autor no se olvida de Videodrome sino que pone en relación lo que va exponiendo con su presencia en el film. Subraya el poder de los medios de comunicación que algunos interpretan como una estructura de poder abierta, que podrían augurar una nueva democracia, pero cuyo lado oscuro resulta, de hecho, una amenaza para la democracia, concluyendo con el horizonte de cambios en lo que hace a la comprensión de los humanos y del Estado, debido a la intromisión que se realizar en la intimidad de los ciudadanos.

La exploración continua por los pagos del yo, y las posturas que ponen en duda, o casi mejor echan por tierra, la concepción de Descartes; destaca la postura de Damasio y sus categorizaciones entre el proto-yo, el yo singular y el yo autobiográfico. El rastreo por los lares de la neurociencia son entrelazados con algunas cintas cinematográficas, además de la comentada, por Solaris, la inspirada en la obra de Stanislaw Lem. Las aclaraciones sobre las relaciones que dejan constancia de la falacia del dualismo cartesiano, son ampliadas con ciertas reflexiones sobre el cuerpo, la plasticidad del cerebro, y ciertos experimentos que sitúan diferentes partes de éste y diversas funciones.

La presentación de la óptica bioevolutiva conduce a las relaciones entre el yo y la realidad, al tiempo que se hurga por los pagos de las teorías de la nueva mente, los nuevos humanos, la nueva carne, y las propuestas, no sólo en la ficción sino en el campo de la teoría (Dawkins), de crear hombre genéticamente mejorados. En este terreno asoma, una vez más, la visión nada optimista de Videodrome… Se constata que aun no viviendo en la ciencia-ficción, el imaginario social – empleando la conceptualización de Cornelius Castoriadis – no es algo que se ciña al campo de las meras ideas, sino que cobra una presencia y un indudable peso en la realidad social, la funcionar al modo de un meta-código, concluyendo el capítulo con algunas derivas sobre lo virtual y el ciberespacio.

Algunas pinceladas sobre las ciudades futuras, que se acompañas con el recurso a algunas obras de ficción las ya clásicas de Orwell Huxley, y las más recientes como El cuento de la criada de Margaret Atwood o V de Vendetta, o la propia Videodrome representando una ciudad futura propia de la posmodernidad.

El ensayo se cierra con unas Conclusiones que afirman la importancia de las películas que suponen una sacudida en los espectadores, al hacerles pensar sobre el mundo que les rodea; en ese orden de cosas las películas de David Cronenberg cumplen con creces tal requisito. Se destaca la huella dejada por el director canadiense, mostrándose la interpretación de la especialista en psicoanálisis, Elisabeth Roudinesco, acerca de lo obra de la que se habla, entrecruzando a Marcel Proust con Francis Bacon, en pintor británico. Finalizando con la constatación de que el cine de Cronenberg siempre pinta un futuro que se antoja caótico, bajo el poder de las corporaciones y las administraciones, y en una movilidad permanente de los sujetos obligados por la ciencia médica, por los consejos mediáticos o la propia biología… lo que lleva a Cronenberg a advertir sobre «los peligros que suponen los ángeles salvadores, sean estos empresarios charlatanes, científicos locos o detentadores de poderes extrasensoriales». Visión que tiene tintes claros de presente y no de meras prospecciones… y la consideración de la ciencia-ficción como género con todos los derechos a la hora de mostrar los peligros apocalípticos que amenazan a los humanos, las variaciones en su identidad, y de reflexionar sobre el tiempo histórico.

No quisiera concluir estas líneas sin indicar que la obra de Iván Gómez no tiene interés únicamente para los amantes del séptimo arte, sino que con el pretexto de la película que se analiza y que consta en el título del ensayo, la exploración del estado de las cuestión acerca de las diferentes cuestiones nombradas, son de un gran interés en la medida en que abren sendas a la reflexión sobre lo humanos, lo demasiado humano, a la vez que da cumplida cuenta de las diferentes teorías transitadas.

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